Cuando lo invisible pesa: cómo trabajar el vacío emocional sin caer en el consumo constante

Cuando lo invisible pesa: cómo trabajar el vacío emocional sin caer en el consumo constante

Cuando lo invisible pesa: cómo trabajar el vacío emocional sin caer en el consumo constante

Hay vacíos que no hacen ruido.

Pero se sienten.

Ese hueco que aparece cuando todo parece ir bien… pero tú no. Cuando desde fuera tienes pareja, casa, trabajo… y aun así, sientes que te falta algo.

No es tristeza. No es depresión. Es un silencio que te incomoda. Una sensación de desconexión contigo misma.

El artista Salvatore Garau vendió una escultura invisible por 15.000 euros. ¿Una locura? Tal vez.

Pero su argumento es potente: el vacío también comunica.

Y en Psicología Positiva, esto no solo es cierto… es fundamental.

El error de intentar llenar el vacío con cosas

Muchas mujeres intentan compensar ese vacío emocional con lo que tienen a mano:

  • Hiperproductividad.
  • Comprar cosas que no necesitan.
  • Relacionarse desde la obligación, no desde el deseo.
  • Recargar la agenda con mil planes para no estar solas.

Y lo que empieza como una vía de escape… se convierte en un nuevo pozo. Porque nada de eso te conecta contigo. Solo te distrae.

Lo invisible sigue ahí.

Qué podemos hacer: 3 pasos desde la Psicología Positiva

  1. Reconocer sin juicio. Sentirte vacía no te hace débil. Te hace humana. Validar lo que sientes es el primer paso para dejar de ignorarlo.
  2. Redefinir el espacio. Lo que te rodea impacta en cómo te sientes. Desde la neuroarquitectura, rediseñar tu entorno puede ayudarte a recuperar sensación de calma y pertenencia.
  3. Crear significado. La Psicología Positiva no busca que “seas feliz” todo el tiempo, sino que construyas una vida con sentido. Y eso empieza por pequeñas decisiones que conecten con tu propósito.

Un caso real: el día que todo cambió sin que nada cambiara

Marina tenía todo lo que se suponía que debía hacerla feliz. Dos hijos, un trabajo estable, vacaciones cada verano. Pero lloraba en el coche, sin motivo aparente.

En consulta, trabajamos sobre lo que no se veía. Cambió la forma de mirar su casa. Redujo compromisos que no le hacían bien. Se permitió tener espacios vacíos… sin sentirse culpable.

Hoy dice que no ha cambiado su vida, pero sí la forma de habitarla.

Conclusión

Como el arte invisible de Garau, lo que no se ve también puede tener valor. Y tu bienestar emocional no necesita cosas: necesita cuidado, escucha y un espacio donde ser tú sin exigencias.

Eso es lo que trabajamos en consulta. Y sí: también se puede transformar lo invisible.


🌀 ¿Te reconoces en alguna parte del texto? Quizá hoy sea el momento de dejar de ignorar lo que no se ve.